La feroz censura de los 50 acaba con la parte mística del "Don Juan", "El convidado de piedra". Carlos reconstruye su historia y Saenz Heredia, encantado con el guión, realiza la que considera su mejor película. Es seleccionada para participar en la Biennale de Venecia. Gracias a eso Carlos sale por primera vez fuera de España (a pesar de la dificultad que supone obtener el pasaporte a un rojo fichado como él). Antonio Vilar hace un extraordinario trabajo interpretativo muy premiado fuera y dentro de España. Gregorio Marañon, que está escribiendo una semblanza de Don Juan, ve la película y lee el guión al que le atribuye un alto valor literario. Conoce a Carlos y pasan memorables tardes en el cigarral de Toledo de Marañon, charlando y compitiendo a ver quién sabe más personajes de las novelas de Emilio Salgari.